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Big Data vs. Smart Data: cantidad o calidad

03 octubre / MICROTECH

Nos encontramos en una época de revoluciones tecnológicas que afectan todo, desde lo más sencillo de nuestra cotidianidad, hasta lo más complejo en el ámbito empresarial.

Nuevos conceptos se erigen, y mayormente sobre la base de lo antiguo. Esencialmente en eso consisten las revoluciones en todos los ámbitos. En materia tecnológica se hace más complejo, debido a la rapidez con la que se ejecutan los cambios, no es fácil llevar el ritmo y adaptarse, pero es completamente necesario.

En este contexto de grandes y significativas revoluciones, nos encontramos frente a dos gruesos conceptos que sirven de base para el comportamiento del entorno virtual y/o digital.

Nos referimos al  Big Data y Smart Data.

Desde un inicio los calificativos que definen estas dos grandes consideradas competencias titánicas, nos permiten conocer de qué se trata, mientras la primera nos refiere a la cantidad, expresada en grande, es inacabable y de dimensiones si se quiere infinitas, la otra se presenta como inteligente y referente a la calidad.

Pero vamos a conocer de una forma más específica en que consiste cada una, para luego evaluar qué tan antagónicas pueden considerarse y cómo se debe percibir la interacción entre ambas dentro de ambientes empresariales de acuerdo a los objetivos que se planteen.

Comencemos con Big Data

Lógicamente debemos comenzar con el Big Data, pues puede considerarse el hermano mayor, este se encuentra fundamentada sobre el volumen de datos, la gran variedad de fuentes, la velocidad con la que se logra tomar los datos y la veracidad de los mismos.

Sin duda ha sido de gran utilidad en los procesos tecnológicos y en los avances a nivel corporativo.

El Big Data ha sido considerado como la revolución de los datos a nivel masivo, grandes cantidades, posibilidades, y alcances.

El Big Data ha permitido además la posibilidad de almacenamiento de datos por cantidades enormes para la búsqueda y descubrimiento de patrones.

Ahora vamos con el Smart Data

En cuanto a lo que podríamos llamar entonces como el hermano menor, que va en ascenso por su funcionalidad y sus características esenciales, hay que destacar que permite generar una inteligencia adicional en cada una de las actividades humanas para las que se recurre a la tecnología.

El Smart Data no tiene que ver con cantidad de datos almacenados, o con la manipulación de los mismos, tampoco con las múltiples fuentes, sino más bien está centrado específicamente en el uso inteligente de los datos que se necesitan para lograr un objetivo.

Entonces, ¿hay un punto de encuentro en las diferencias?

El debate se hace infructífero cuando solo se quiere competir por una opinión sin un fin. Afirmar que el Big Data es superior al Smart Data podría ser un ejercicio sin frutos, debido a que es cuestión de percepción. Desde un punto de vista de la cantidad, el Big Data se erige como superior a la Smart Data, pero desde un punto de vista de calidad se puede afirmar lo contrario.

La pregunta entonces sería ¿qué es más importante? ¿La cantidad o la calidad?

Más allá de la competencia, si se quiere forzada, entre estas dos datas, se puede hablar de una complementación.

Hemos dicho que el Big Data se fundamenta principalmente en cuatro pilares:

  • Volumen de datos

  • La gran variedad de fuente

  • La velocidad con la que se logra tomar los datos

  • La veracidad de los mismos

 Ahora bien, el Smart Data nos ofrece una quinta funcionalidad:

  • El valor para la toma de decisiones y ejecución de las acciones

De manera que pueden verse como complementarias.

Implementar el Big Data en una empresa sin conocer a fondo sus objetivos, funcionalidades, entre otras cosas, solo resultará en un gran gasto que no aportará beneficios adicionales.

Es aquí cuando el Smart Data entra en escena para tomar la cantidad grande de datos recogidos y realizar un análisis que conlleve al mejoramiento de la empresa. Dicho de otra forma, el Smart Data puede considerarse como el qué se puede hacer con los datos recogidos y cómo aprovecharlos para el beneficio y crecimiento de la empresa en distintas dimensiones.

Así que podría concluirse en que no son antagónicos, sino más bien complementarios.

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