Como te contábamos en el post anterior, un ejemplo de implementación exitosa de las nuevas tecnologías en la gestión de la industria vitivinícola lo encontramos en el software basado en la nube, el cual ha demostrado su valor para conseguir mayor rendimiento, movilidad y seguridad en la gestión de su negocio. Hoy queremos hablarte un poco más sobre el uso de estas tecnologías, haciendo un enfoque especial en el Big Data y el Business Intelligencie (BI) como parte de la transformación de la gestión vitivinícola.
Las nuevas tecnologías revolucionan la industria vitivinícola
- Labores de vendimia
- El etiquetado y la gestión de la calidad
- Declaración de impuestos
- Seguridad alimentaria y trazabilidad
Por ejemplo, la tecnología conocida como Big Data, capaz de procesar grandes conjuntos de datos, permite una óptima planificación del trabajo que se traduce en un significativo aumento del rendimiento.
Esta tecnología favorece el procesamiento de infinidad de datos sobre los niveles de humedad en los viñedos o la calidad del aire, a través de dispositivos especializados que permiten tomar mejores decisiones y generar así los mejores resultados. Con el Big Data se aprovecha toda la información posible y se reduce el azar, lo que se traduce en más competitividad y mayor rentabilidad en cada viñedo.
Mejor aún, cuando la tecnología Big Data se combina con el Business Intelligence (BI), se hace posible para las bodegas acceder a datos estructurados y no estructurados, lo cual permite una gran flexibilidad y elevar la inteligencia de datos a niveles sin precedentes.
Optimizar la industria vitivinícola con Big Data y Business Intelligence (BI)
El Big Data permite el análisis de datos a través del cruce de diversas variables con las cuales es posible identificar las fechas de vendimia, volúmenes de producción, asignar parámetros de calidad y visualizar su evolución o, incluso, asignar precios de la materia prima, botellas, corchos, cápsulas... basados en el análisis de la oferta.
Mediante herramientas que incorporen el Big Data, el sector vitivinícola es capaz de mejorar el rendimiento. Estas herramientas permiten a los administradores crear calendarios de trabajo más eficientes gracias al conocimiento de la información referente, por ejemplo, a la calidad del aire o a los niveles de humedad en las fincas y otras condiciones meteorológicas con el fin de optimizar las fechas de cosecha y obtener un producto de mayor calidad.
Por su parte, los sistemas de Business Intelligence (BI) permiten el análisis estratégico y comercial a través de cuadros de mando y dashboards para la evaluación de KPI's asignados de acuerdo a la gestión de los viñedos y depósitos de cada bodega. Y, combinado con el poder del Big Data, permite un análisis más complejo, tanto de las parcelas y productos, como del mercado y la competencia. De esta forma, se pretende tener un mejor conocimiento de los rendimientos y los precios del vino para potenciar la competitividad, ya sea dentro del territorio español o de cara a las, tan en aumento, exportaciones.
Como podemos observar, la industria vitivinícola ya está aprovechando los beneficios de ambas tecnologías para una toma de decisiones más rápida, que transforma los datos en mayor rentabilidad.
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