Proceso de pruebas de calidad de Software

04 mayo / MICROTECH

Las pruebas de calidad en un Software ERP son todos aquellos procesos cuya ejecución permiten conocer la calidad del mismo, así como los posibles fallos que puedan existir a corto, medio o largo plazo. Cuando se realizan pruebas en los software de gestión empresarial es posible predecir su comportamiento durante la implantación, su grado de manejabilidad y su interfaz gráfica.

Existen diferentes maneras para realizar las pruebas de calidad, las mismas van dadas por el contexto que representa cada uno de los clientes en particular, en otras palabras, no hay un plan de prueba que pueda servir para todos los escenarios, porque puede ser que una prueba para un software ERP específico sea perfecta, pero en otro puede llegar a ser perjudicial.

TIPOS DE PRUEBAS DE CALIDAD DE SOFTWARE

Todas las pruebas de este tipo varían, no obstante, su finalidad sigue siendo la misma y es el hecho de comprobar y dar el visto bueno a todo el software de una empresa, sin importar que se trate de un ERP para empresas instaladoras o para empresas distribuidoras. A continuación se explican algunas pruebas de calidad:

  • PRUEBAS DE FUNCIONAMIENTO: Dentro de esta categoría es posible encontrar tres subgrupos, los cuales se clasifican, según sus objetivos, en:

    • Testing de función: Enfocada en conseguir informes sobre la aptitud de las funciones, los métodos y los servicios que componen el ERP.

    • Testing de seguridad: Ideada para comprobar la seguridad de los datos que maneja el ERP para Pymes, es decir, los datos de la empresa.

    • Testing de volumen: Dirigida a medir la velocidad del ERP para procesar grandes cantidades de información en la base de datos, bien sea en entrada o en salida.

  • PRUEBAS DE USABILIDAD: La finalidad de éstas es comprobar la relación del usuario con el software de gestión empresarial, prestando especial atención a la interfaz, la experiencia del usuario, asistentes de ayuda integrados, interactividad, entre otras cosas.

  • PRUEBAS DE FIABILIDAD: Al igual que las de funcionamiento, se dividen en tres grupos:

    • Testing de integridad: Trata de valorar y calificar la resistencia a fallos que presenta el software.

    • Testing de estructura: Consiste en verificar que cada una de las partes que componen el diseño del software ERP se encuentren conectadas a las funciones correctas, en otras palabras, que no exista contenido huérfano en el ERP.

    • Testing de estrés: Se utiliza para evaluar el comportamiento del software ERP en situaciones poco usuales, como por ejemplo, una sobre carga de funciones, la saturación de la memoria, la restricción de los recursos compartidos, etc…

  • PRUEBAS DE RENDIMIENTO: Miden la relación función resultado de un ERP, éstas se dividen en:

    • Testing Benchamark: Se encarga de cuantificar el rendimiento de un nuevo componente del ERP, comparándolo directamente con otro existente.

    • Testing de contención: Ésta valora la capacidad de respuesta de un elemento, en cuanto a sus habilidades, al momento de ser requerido por diversos actores, un ejemplo de dicho elemento podría ser el registro de recursos o la memoria.

    • Testing de carga: Su finalidad es probar y asegurar los límites operacionales del software de gestión empresarial, mediante la aplicación de cargas de trabajo promedio. Por ejemplo, si se quiere hacer la prueba sobre un ERP para una empresa de obras y servicios, es necesario indicar cuales son las cargas habituales de trabajo de las mismas.

  • PRUEBAS PARA LA CAPACIDAD DE SOPORTE: Existen dos formas de medirlo, éstas son:

    • Testing de configuración: Su principal objetivo es asegurarse que un ERP funciona de forma correcta, sin importar la configuración que la empresa decida aplicar, tanto a nivel de software como a nivel hardware. De igual forma es posible aplicar esta prueba como un medidor de rendimiento del sistema, o bien utilizarla en asociación con una prueba especializada en dicho tema.

    • Testing de instalación: Es probablemente una de las pruebas más importantes, puesto que de ella dependerá, en gran medida, la correcta implementación del ERP. Consiste en certificar que el software ERP se encuentra en plena capacidad de ser instalado en condiciones extremas de hardware o de software, como por ejemplo, problemas con la capacidad de memoria o con la velocidad de procesamiento.

 

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